Antiguo taller de alfarería de principios del siglo XX catalogado como “Bien de Interés Etnográfico” por mantener la esencia de La Mancha entre sus muros encalados decorados con el típico zócalo de azula añil. EL ALFAR mantiene los edificios y la decoración tradicional manchega en su gran patio arbolado, sus porches acristalados, suelos de barro, tejados, útiles de trabajo y colección de alfarería hacen que el viajero, al cruzar el gran portón azul, dé un paso atrás en el tiempo.
Destaca por:
Patio arbolado, hornos de alfarería de tipología romana y almorávide, Colección de piezas arqueológicas romanas y de alfarería tradicional, Porches y salón de arquitectura tradicional.