Es la Mancha y es Consuegra, es un lugar donde yo cuando necesito desconectar de mi rutina diaria no me lo pienso dos veces, bien en un día soleado o primaveral e incluso otoñal, con mi bici y con mi familia por sus caminos, por sus veredas y también incluso cuando llega el otoño con los contrastes de las hojas de los árboles y arbustos que es una estampa sin igual. Es el silencio acogedor del atardecer, pero también para descubrir cada día lugares nuevos que no te esperabas.
Hoy he salido a primera hora de la mañana y me ha emocionado ver de nuevo el arroyo con sus aguas cristalinas de discurrir, limpiando como si de una escoba se tratara la hierba del paraje, también sus cascaditas desde los riscos de las sierras que bajan hasta el llano, y me he adentrado por el camino saltando entre las piedras del arroyo hasta un lugar que esta arropado por el olivo con la variedad cornicabra que da fruto a los excelentes aceites que acompañan a los platos con productos de la huerta y que elaboran los restaurantes de la localidad. Continúo avanzando por el camino y me viene a la mente la obra del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha con sus andanzas, en un cruce de caminos me encuentro a mi paso, grandes casas de labor, donde guarecerse, algunas de sus casas aun conservan la cal y la estructura típica manchega. ¿podrían ser estas casas en las que se inspiró Don Miguel de Cervantes para el Quijote? ¿Podría ser porque se ven los Molinos de Viento confundidos por gigantes cuando continuamos a lo lejos?
Al llegar a lo más alto del monte me encuentro con el olor a jara, tomillo, y romero y me irrumpe el sonido a lo lejos del pájaro cantor que es como una sinfonía para mis oídos que me hace deleitar y descubrir la armonía entre el paisaje y la naturaleza. En lo más alto a lo lejos aún puedo divisar el horizonte hasta el infinito. He continuado a el lugar conocido como la fuente el almendro y me he encontrado aún con nieve, después de estos días que hemos tenido, es increíble de las zarzas cuelgan como si fueran adornos el roció de la mañana, también me sorprende entre los matorrales el corzo que ha bajado a beber a las regueras del agua y puedo observar la maravilla de especies naturales con las que contamos.
De vuelta a Consuegra diviso como esos gigantes que se ven a lo lejos confundidos por el ingeniosos hidalgo Don Quijote de la Mancha son verdaderos vigías sobre el llano que comienzo a divisar, también como las diferentes culturas han dejado su legado con el paso del tiempo y que bien podemos ver en el museo arqueológico de Consuegra.
Tenemos que coger fuerzas puede ser una comida contundente como también nos habla en el quijote de lentejas, duelos y quebrantos y que muy bien elaboran en Consuegra o bien si lo prefieres menos elaborado también se tiene, y que puedes maridarlo con los vinos que se elaboran de la variedad airén, tempranillo entre otras.
En esta llanura manchega puedo apreciar el atardecer en los Montes de Toledo que llega hasta la Calderina, es impresionante que limpieza de cielo y que contraste con la tierra, pero también observo a mi paso restos de un canal que transportaba el líquido tan preciado para todo ser vivo y que es el agua, es de origen romano por la arquitectura que tiene y es una muestra de la gran importancia de las culturas que han pasado por Consuegra dejando su legado y que en un momento determinado era el agua que transportaba por este canal desde el acueducto que construyeron los romanos desde la zona de los Montes de Toledo, lo cual me indica la gran importancia que tuvo Consuegra en el control del territorio.
¡Es la Mancha y es Consuegra y no te lo puedes perder!